Entevista a María Adamuz y Armando Pita

Armando Pita y María Adamuz, que en el musical se interpretan a sí mismos dentro de cuarenta años, se acercan a hablar un rato con nosotros sobre lo que ha supuesto el montaje de “Forever Young” para ellos.

Pregunta: ¿Qué tal ha sido trabajar con Tricicle?
Armando Pita: El horror (se ríe) así, de comienzo, para que lo escuchen.
María Adamuz: (Entre risas) Si no lo van a escuchar, idiota… Para mí ha sido una experiencia fantástica, un regalazo. Son unos grandes profesionales, saben muy bien lo que hacen, saben muy bien lo que funciona y lo que no… Por lo tanto ha sido un aprendizaje.
Armando Pita: Se complementan muy bien entre ellos. Porque yo había tenido la experiencia de tener varias cabezas pensantes en la dirección, y convertirse en algo caótico y contraproducente. Pero ellos realmente se complementan muy bien. Aunque claro, después de 33 años juntos, o se complementan muy bien, o no siguen juntos.

Pregunta: En el musical os vemos muy maquillados, no parecéis vosotros. Cuando os acabáis de maquillar y os veis en el espejo, ¿qué sentís, qué se os pasa por la cabeza?
María Adamuz: El primer día fue un poco shock. No parábamos de mirarnos y de hacernos fotos, y de hecho todavía en cuanto podemos nos hacemos fotos, las miramos y flipamos. “Hala, mira qué cara tienes” “¡Y tú, y tú!”  Flipamos. Es una pasada.
Armando Pita: La gente cuando nos ve, dice, “¿Pero qué lleváis, qué lleváis?” Y realmente son cuatro rayas y una peluca, lo que pasa es que es la manera en que nos han enseñado a maquillarnos. Además como es el maquillaje de viejo, que se trata de acentuar rasgos de expresión, y con cuatro rayitas, y cuatro sombras, si juegas con los claros y los oscuros, te cambia totalmente la cara.
María Adamuz: Nos estamos viendo como seremos, si llegamos, que Dios quiera que lleguemos; en el 2050. O sea, que ya sabemos cómo vamos a ser.
Armando Pita: Ya tenemos una ligera idea.

Pregunta: ¿Cómo ha sido el proceso de transformaros en vosotros mismos, dentro de cuarenta años? La voz, la postura…
Armando Pita: Ha ido viniendo poco a poco. Yo creo que la intuición corporal de los actores es muy sabia, e inconscientemente el cuerpo se va yendo adonde sabe que tiene que ir. Aparte, cada uno de los actores tenemos una postura diferente, y es el hecho de trabajar esa debilidad, esa falta de fuerza, y ya el cuerpo se va yendo a los sitios donde sabe que terminará yéndose. Entonces ha sido una cosa progresiva, y yo creo que muy intuitiva, por parte de todos.
María Adamuz: Además Tricicle, nada más empezar los ensayos, nos dijeron que no empezáramos de golpe a hacer de viejos, sino que fuéramos interactuando desde nosotros mismos para que poco a poco fuera viniendo ese viejo que llevábamos dentro de nosotros. Y la verdad es que por arte de magia fue viniendo, y poco a poco se apoderó una voz y una postura de cada uno de nosotros.
Armando Pita: Unos tics… Unos gestos… Que han ido viniendo solos.

Pregunta: ¿Os imagináis así dentro de 40 años, como vuestros personajes?
Armando Pita: ¡Ojalá!
(Se ríen)

P: Hombre, María, lo tuyo es más duro…
M.A: Pues fíjate que yo me veo así.
A.P: Ella lo dice mucho, que se ve así de mayor.
M.A: (Seria) A ver, toco madera, porque a raíz del personaje he estado investigando sobre el Alzheimer, y es una enfermedad muy dura… No digo la que más, porque todas son duras, pero es una enfermedad bastante desagradable. Y no, no me gustaría por supuesto tener Alzheimer como mi personaje, pero sí que me veo un poco con esos puntos dulces que tiene, o con esas idas de olla porque yo las tengo ya. ¡No me quiero imaginar dentro de 40 años! Sé que seré similar al personaje.
A.P: Yo también he leído, a raíz de esto, sobre el Alzheimer y la demencia senil, en algunos foros. Y dentro de lo duras que son estas enfermedades, para las propias personas y para los familiares, en algunos momentos hablaban en primera persona de momentos tragicómicos vividos con los enfermos. Es decir, que es una enfermedad muy dura, muy sacrificada, y que conlleva mucho dolor emocional, pero que en algunos momentos da situaciones tragicómicas de que “mi madre hizo esto, no sé qué y no sé cuántos”. Y yo creo que esto lo refleja mucho el musical, cuando ves por ejemplo a María con ese Alzheimer, y la gente tiene una media sonrisa de ternura. Y es de eso de lo que habla el musical, de aceptar el día a día como viene y llevarlo lo mejor posible, dentro de las circunstancias de cada uno. Hay circunstancias muchísimo peores, desde luego, y otras que son más fáciles, pero está ahí el mensaje positivo, de tirar para adelante.

P: Los personajes llevan vuestros propios nombres, porque se supone que sois vosotros en el futuro, ¿qué le habéis dado vosotros a los personajes?
A.P: Pues es un poco lo que hablábamos antes: María se ve así en el futuro, yo también me veo un poco como mi personaje… Amigos míos que han venido averlo me han dicho “Está muy bien hecho porque es que realmente sois vosotros, tú estás ahí un poco apartado, con tus cosas…”
M.A: Nuestros amigos, que nos conocen, nos dicen “Es que realmente sois vosotros de mayores.” O sea que sí, llevan mucho de nosotros.
A.P: Yo creo que en los cástings, Tricicle ha sabido muy bien llevarnos a un personaje o a otro. Y luego nosotros, a la otra mitad, le hemos metido nuestra personalidad y se ha creado un global de cada uno que es una mezcla de nosotros, y de ese futuro viejo que está por llegar.

P: Recién llegada la Ley Antitabaco os ponéis a fumar un cigarro encima del escenario, ¿ha habido alguna reacción?
M.A: No, pero no es un cigarro de verdad. Por esta ley lo que fumamos es simplemente pétalos de flores, y madera, simplemente para que se mantenga prendido. O sea que estamos cumpliendo la ley.
A.P: Debería haber sido tabaco, porque a pesar de lo que diga la ley, es un marco teatral y se requiere por circunstancias del guión que se encienda un cigarro. ¿No se puede encender tabaco? Pues chica… Encendemos pétalos de rosas. (Se ríen)
M.A: Que además, está malísimo.

P: Y además del tabaco, en la obra planeáis quemar la SGAE… Un pleno en una sola obra. ¿Fue idea de Tricicle, vuestra…?
M.A: Fue idea de Tricicle, nos lo pusieron en el guión. Eso, y cargarnos Telecinco.
(Se ríen)
A.P: E Intereconomía… Un poco de todo. Lo que está en auge. Si la obra dura muchos años, se irá cambiando según lo que esté en boga en el momento.

P: ¿Qué tal os ha recibido el público en el tiempo que lleváis actuando?
M.A: Para nuestra sorpresa, genial, de maravilla. Porque al principio cuando haces una obra de estas características, con tantos gags y todo eso, siempre te queda la incertidumbre de… “¿Cómo reaccionará? ¿Se reirá donde creemos que se va a reír?” Y la verdad es que desde el primer día que hicimos el ensayo general, el público desde el minuto cero, con las presentaciones de los actores empezó a reírse. Y fue maravilloso. Y no sólo fue ese día, que era un ensayo general, y eran amigos y familiares, sino que el resto de días la gente se lo pasa en grande. Y se ríen, y lloran… Genial.
A.P: Sí, e incluso mejor. Porque yo la primera semana que venía sobre todo gente conocida, gente de la profesión, aún dudaba un poco. Y hasta que llegó un domingo en el que vi un público real que realmente estaba disfrutando, ahí ya dije… Eso parece que gusta.
M.A: Además la gente se lo pasa genial. Genial.
A.P: También hay que tener en cuenta que es una obra que viene de Alemania, que Tricicle vieron en Oslo, y que decían que no entendían casi nada de lo que pasaba, pero que la gente se reía muchísimo. Pero no sabíamos si el humor iba a funcionar aquí de la misma manera. Además tampoco es un musical que tenga referencia como otros que hemos podido hacer que hemos visto en Nueva York, o en Londres, que se han visto más en los medios y sabes que es un éxito seguro, el director te dice “Aquí se van a reír sí o sí”.
En ésta teníamos que confiar en el talento de Tricicle, para saber sacar de nosotros. Porque aunque la obra es alemana, está adaptada y tiene ciertos cambios. Y realmente ha terminado funcionando igual de bien.

P: Ahora os vais de gira, ¿cómo se os plantea? ¿Tenéis ganas?
M.A: Tenemos todas las ganas del Mundo. Lo estamos deseando, porque claro siempre que hemos hecho otros musicales han sido temporadas, y aquí son sólo seis semanas, entonces el 24 de abril terminamos aquí, y nos quedan muchas ganas de seguir disfrutando de Forever Young. Porque queda Forever Young para largo.
A.P: Y sabiendo cómo ha funcionado aquí, tenemos muchas ganas de llevarlo por España, y de ver cómo se ríen por allí y por allá.

P: Vosotros ya habéis participado en más musicales, y habéis hecho giras, ¿hay diferencias entre los públicos de distintas ciudades? ¿Se nota cuando estáis en un sitio o en otro?
A.P: (Dirigiéndose a María, que es andaluza) Los de tu zona son más majos…
M.A: Sí… Madrid no es un público fácil, porque están acostumbrados a tener grandes obras. Entonces cuando sales fuera, a Albacete por ejemplo, el público suele ser mucho más agradecido, porque no están tan acostumbrados. Por lo tanto, viendo cómo funciona aquí, creo que va a ser un triunfazo.

P: ¿Es difícil hacer un musical que no se ha hecho antes en España, o es más difícil, porque la gente no tiene ideas preconcebidas?
M.A: Para nosotros como actores hacer algo que no se ha hecho es más difícil, pero es más rico, puesto que lo estamos creando un poco nosotros. Cuando haces algo tipo “Los Miserables” o “La Bella y la Bestia”, como fue nuestro caso, ya vienen muy estereotipados los personajes, por lo tanto te tienes que ceñir y la dificultad está en que lo sepas hacer o no. Aquí los personajes los hemos creado nosotros, y eso tenía su grado de dificultad…
A.P: …y su grado de libertad, y de creatividad.
M.A: Exacto.
A.P: Tienes mucha más opción a crear. Tanto por la parte de dirección, en la que Tricicle se han visto a sí mismos pudiendo crear, y nosotros también. No es como esos musicales en los que los encargados vienen de cada país a montar un musical y no tienen ninguna libertad, vienen a montar lo que hay.
Las grandes producciones te encorsetan más, y eso es un trabajo muy interesante porque tienes que aprender a moverte sólo dentro de ciertas cosas, y a sacar tu máximo potencial ahí. Pero cuando empiezas un musical como éste, en el que puedes romper las reglas, te vuelves loco a crear, y a hacer cosas y a compartirlas.

P: La obra es una obra muy coral, en la que los seis estáis muy compenetrados, ¿cómo ha sido el trabajo entre los siete actores?
M.A: Pues la verdad es que muy bueno, porque a diferencia otra vez de lo que hemos hecho antes, que eran compañías de unas 30 ó 40 personas, aquí somos siete. Por lo tanto se disfruta de otra manera, es mucho más íntimo, mucho más familiar. Además los seis son unas personas maravillosas, profesionales estupendos. Yo lo he disfrutado un montón.
A.P: Aparte son casi una hora y cuarenta minutos sin moverte  casi de la misma postura. Y el hecho de estar ahí en el escenario, escuchándonos todo el rato, sirve para crear una comunicación importantísima. Llega un momento en el que ya no ves a María la actriz, o a Jacobo el actor, sino ves esa mezcla de medio personaje, medio persona. Y tú mismo te sientes ya con tu Parkinson y tu pecera, en el centro de una ilusión mágica.
M.A: Ha sido un trabajo muy bonito hacerlo sólo nosotros siete.

P: En concreto tú, María, con Jacobo, que es tu marido, y que te va cuidando en toda la obra…
M.A: Pues bien, muy bien. Con nuestros más y nuestros menos en el momento de darnos patadas… (Se ríe) Ha sido un trabajo muy bonito, y con Jacobo me siento muy a gusto en el escenario, porque es un gran actor y creo que nos damos mucho el uno al otro. Disfruto mucho con él todas las noches. En el escenario.

P:¿Y tú Armando, con Dulcinea, que es tu amor y no te hace caso?
A.P: Pues yo ya te digo, tengo un personaje que está ahí con su pecera, y en su mundo… (Se ríe) Se lleva muy bien con todos, pero con ninguno de ellos consigue arrancar. Le gustaría arrancar el amor de Dulcinea, o ser especial en el mundo de alguno de los otros pero bueno, ahí está. Yo creo que es el gran, digamos, el gran problema de este personaje. Pero bien, con Dulcinea estupendo, tenía muchas ganas de trabajar con ella. Además, como son todos grandes actores y grandes talentos, te alimentas constantemente de todos ellos.